24.10.08

Trust in me and fall as well.

Por qué, por qué carajo no puedo simplemente confiar? Por qué tengo que constantemente buscar el punto débil del argumento, por qué mis preguntas por mera curiosidad terminan transformándose en un interrogatorio? Por qué tengo que poner constantemente a prueba las palabras de los otros? Siempre poniendo trampas a ver si las pisan, y puedo ver, aunque sea en una pequeña contradicción, en un desliz o en un silencio que dura más de lo necesario, todo eso que sé perfectamente que no quiero saber, pero aún así busco incansablemente. Y por si fuera poco jugar con las palabras de la gente, también busco los hechos, y el más mínimo indicio de que hay algo que no me están diciendo ya tiene pinta de conspiración. Porque un tercero hace algo extraño ya lo relaciono directamente con algo que debe haber hecho alguien cercano, con el mero objetivo de ocultarme algo, algo pequeño quizá, quizá hasta para protegerme, pero... Mi drama queen interna ya se pone a elaborar enredadísimas historias en las cuales la aparente pequeña mentira blanca, es en realidad la mentira del siglo, donde la que sale peor parada siempre, de alguna manera u otra, termino siendo yo. Y encima, guardo todo esto para mí [que esté diciendo esto ahora no significa que vaya a decir qué es lo que pensé, ni a quién, ni cómo, ni por qué], y lo único que hago es hacerme la cabeza un poco más con cada pequeño indicio que en apariencia corrobora mis elaboradas teorías. Juro una y mil veces que intenté dejar de hacer esto más veces de las que puedo llegar a contar, pero es demasiado más dificil de lo que parece. Quizá si la mayoría de las veces me hubiese encontrado con que mis descabellaciones eran totalmente erróneas, o por lo menos en parte, hubiera podido cambiar. Pero cuál es el problema? No una, no dos, sino SIEMPRE terminé corroborando que todo lo que parecía absolutamente fuera de discusión era cierto.

Conclusión: no puedo cambiar. Y mientras yo me agarro de los pelos y camino por las paredes de la desesperación, mi pequeña drama queen se deleita ante esta visión, y espera paciente una nueva victoria en su batalla de despojarme por completo de todo atisbo de ilusión.

14.10.08

Capricho - Alfonsina Storni

Escrútame los ojos sorpréndeme la boca,
sujeta entre tus manos esta cabeza loca;
dame a beber veneno, el malvado veneno
que moja los labios a pesar de ser bueno.


Pero no me preguntes, no me preguntes nada
de por qué lloré tanto en la noche pasada;
las mujeres lloramos sin saber, porque sí.
Es esto de los llantos pasaje baladí.

Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto,
un mar un poco torpe, ligeramente oculto,
que se asoma a los ojos con bastante frecuencia
y hasta lo manejamos con una dúctil ciencia.


No preguntes amado, lo debes sospechar:
en la noche pasada no estaba quieto el mar.
Nada más. Tempestades que las trae y las lleva
un viento que nos marca cada vez costa nueva.

Sí, vanas mariposas sobre jardín de Enero,
nuestro interior es todo sin equilibrio y huero.
Luz de cristalería, fruto de carnaval
decorado en escamas de serpientes del mal.

Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta:
deseamos y gustamos la miel en cada copa
y en el cerebro habemos un poquito de estopa.

Bien. No, no me preguntes. Torpeza de mujer,
capricho, amado mío, capricho debe ser.
Oh, déjame que ría. ¿No ves que tarde hermosa?
Espínate las manos y córtame una rosa.